En la actualidad, las empresas han de estar presentes en los mercados internacionales. Se trata de un reto que han de superar, y que incluso podría condicionar su supervivencia en el propio mercado nacional en el que desarrollan sus actividades.
Las decisiones relativas a los negocios internacionales tienen efectos sobre los costes-ingresos, repercutiendo directamente en la cuenta de resultados de la empresa. Ello obliga a que tanto los responsables de las decisiones, como los profesionales que las gestionan deban analizar detalladamente los costes de las estrategias adoptadas, a través de los oportunos presupuestos y su posterior control de las desviaciones que puedan surgir.
El director de los negocios internacionales y, en general, cualquier gestor de esta trascendental área deben disponer de los conocimientos económico-fnancieros que les permitan adoptar y desarrollar las decisiones y estrategias que conduzcan al éxito en sus negocios.
La consecución del objetivo de creación de valor en la empresa se mide en su cuenta de resultados. Ello justifca que en las decisiones adoptadas deba considerarse la repercusión que estas tienen en ese objetivo, que es la razón de ser y que justifca la existencia y continuidad de la empresa.
La falta de liquidez y el peligro de quiebra constituyen hoy en día una amenaza grave que pone en peligro la continuidad de la compañía. Es preciso conocer el necesario equilibrio fnanciero y los factores de los que depende la solvencia de la empresa a largo plazo.
Los costes han de ser correctamente valorados: anticipar su medición e ineludible control posterior; es importante en el objetivo de alcanzar la máxima efciencia productiva y comercial de la empresa.
De igual manera, hay que entender conceptos como los fujos de caja y el estado de la tesorería para poder afrontar el día a día de la empresa.